“Y por bandera mis sentimientos,
romperé barreras y pentagramas,
seré la dueña de mis
destino,
gritaré libre, libre, libre".
Himno de la Mujer Gitana
El 10 de
abril tuve la oportunidad de participar en la conmemoración del Día Internacional del Pueblo
Gitano, un día que aprovechamos para hacer un reconocimiento al papel que
juegan las mujeres gitanas en sus comunidades. El acto contó con la presencia
Diego Fernández Giménez, Director del Instituto de la Cultura Gitana, Soraya Giménez
Clavería, técnica del Instituto de la Cultura Gitana, Estefanía Castro Chávez,
Directora General de Juventud del Gobierno de Canarias, Olga Barrera,
Presidenta de la Federación de Asociaciones Arena y Laurisilva y Josefa Santiago, presidenta de la Asociación
de Mujeres Gitanas Romí Kamela Nakera, una asociación que tiene un nombre que
simboliza muy bien la lucha de las mujeres gitanas: “las mujeres gitanas
queremos hablar”
Cuando
hablamos de igualdad de género, y hablamos de las mujeres, con mucha frecuencia
nos olvidamos de las mujeres gitanas. Transitamos el mismo espacio pero no
propiciamos lugares de encuentro que nos permitan darnos cuenta que, seamos
gitanas o no gitanas, hay cuestiones que nos afectan a todas por el mero hecho
de ser mujeres. Pero además, las mujeres gitanas se tienen que enfrentar a la
invisibilidad de la comunidad gitana en nuestra sociedad, y a estereotipos y
prejuicios que nada tienen que ver con la realidad. Las mujeres gitanas y su
lucha por el reconocimiento de sus derechos permanece invisible para gran parte
de la sociedad, pero lo cierto es que hace ya tiempo que han empezado a
recorrer el camino de la igualdad, enfrentándose a sus propias barreras y a la
doble discriminación que todavía hoy supone ser mujer y ser gitana.
Vivimos en
sociedades en las que el patriarcado hunde profundamente sus raíces, un
patriarcado que ha definido lo que somos y lo que pueden llegar a ser las
mujeres, imponiéndonos muchas limitaciones para nuestra plena participación en
la sociedad en clave de igualdad.
Es
importante tomar conciencia que negar a las mujeres su participación en
igualdad de derechos y con las mismas oportunidades que los hombres es,
simplemente, una injusticia. La identidad cultural no se garantiza controlando
a las mujeres, sino todo lo contario, permitiendo que las mujeres sean parte
activa, desde la libertad, en el desarrollo de sus comunidades, y para ello
deben tener su propia voz y participar en la toma de decisiones. La defensa de
la identidad cultural nunca puede ser la excusa para limitar los derechos de
las mujeres. El Pueblo Gitano representa muchos valores como el respeto a las
personas mayores o la solidaridad, pero una cosa es la cultura y otra bien
distinta las costumbres y, las costumbres, cuando no son justas, se deben
cambiar.
Rebelarse
contra las injusticias que impone la costumbre no es un ataque a la cultura o la identidad propia. No se
trata de elegir entre ser gitana o ser mujer, se puede trabajar y defender la
igualdad entre mujeres y hombres desde la propia identidad como mujer gitana.
Mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de las mujeres gitanas
también contribuirá a mejorar la vida del Pueblo Gitano. Este es el reto que asumen las mujeres
gitanas.
Las asociaciones de mujeres gitanas han realizado y
siguen realizando un gran trabajo, visibilizando a las mujeres, contribuyendo a
sensibilizar sobre la importancia de la planificación familiar, retrasar la
edad de casamiento o la importancia de la educación. Mujeres que reivindican
también, igual que las no gitanas, la igualdad de
oportunidades, la independencia en lo económico y en lo afectivo, en lo
personal y en lo profesional. Han tenido que luchar mucho, enfrentándose muchas veces
a la incomprensión de su propio entorno, pero son valientes y luchadoras. Ellas
representan la lucha por la libertad y los derechos de las mujeres gitanas y han
decidido que su voz no va a ser silenciada. Ellas son las protagonistas del
cambio pero en esa lucha no van a estar solas, vamos a estar a su lado
combatiendo los estereotipos, los prejuicios y las actitudes discriminatorias.
Y por ese
motivo, como dice el Himno de la Mujer Gitana, para generar las condiciones que
nos permitan conseguir los mismos derechos y las mismas oportunidades tenemos
que avanzar “TODAS JUNTAS SIN MIEDO A LA LIBERTAD”.
Me he
permitido coger una frase del I Congreso de Mujeres Gitanas:
“Tenemos derecho a poder vivir la vida que soñamos y tenemos la responsabilidad
de abrir esta puerta de cambio, de transformación y de esperanza a nuestras niñas
y a todas las mujeres que no han podido estar aquí”.
Sastipen
thaj Mestepen (Salud y libertad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario