lunes, 31 de diciembre de 2012

Haciendo balance en clave de igualdad

La calle que tú me das
-calle ausente todavía-,
no será tuya ni mía.
Calle de todos será.
Por el momento no es más
que una canción encendida,
una estrella fugitiva
que soñamos alcanzar.
Por de pronto se nos va
de los ojos, como el día;
volando, como la vida,
sobre la tierra y el mar.
La calle que tú me das,
no será tuya ni mía.
Habrá de ser compartida.
Calle de todos será.
Agustín Millares Sall

Este ha sido un año especialmente intenso por muchas razones. Intenso porque la crisis y las políticas del Partido Popular basadas en recortes indiscriminados y en un control obsesivo y manipulado del déficit, nos han sumido en una especie de desánimo colectivo. La realidad que nos quieren imponer nos llega cada día, y no caer en la apatía y el desánimo, requiere una gran dosis de compromiso vital para no perder de vista lo importante frente a las urgencias que hay que afrontar cada día.

Ha sido intenso también porque nos enfrentamos a una derecha que está demostrando día a día, con las decisiones que toma, que la igualdad de género, la igualdad entre mujeres y hombres, no forma parte de sus prioridades, o bien pensado, sí que es una prioridad, aunque desde el punto de vista de su desmantelamiento. El último ejemplo lo encontramos con el cierre de ONU Mujeres, una agencia de Naciones Unidas que no implicaba ningún coste económico para el Gobierno y sin embargo ahí tenemos la decisión del PP de proceder a su cierre. Aunque las decisiones económicas son siempre ideológicas, en este caso ni siquiera se puede recurrir a la excusa de la crisis económica, es una decisión ideológica pura y dura sin más artificios. 

Ha sido una año intenso porque nos hemos visto forzadas a estar en alerta permanente ante los ataques frontales de la derecha en el Gobierno, muchas han sido las noticias y decisiones políticas que nos obligan a defender derechos que creíamos conquistados. En igualdad cuesta mucho avanzar y conquistar derechos, pero estamos viendo lo fácil que resulta retroceder. Sin duda el momento es propicio, cuando cubrir las necesidades vitales se convierte en una cuestión de supervivencia, lo urgente no deja espacio a lo importante, nadie va a salir en masa a defender los derechos conquistados en materia de igualdad, incluso puede parecer una frivolidad cuando hay familias que tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes o se están viendo desahuciadas por un sistema que nos quiere hacer creer que la culpa ha sido nuestra por haber vivido por encima de nuestras posibilidades, ocultando así la responsabilidad de un sistema financiero que creció a nuestra costa gracias a la especulación. Y encima ahora, el coste de su irresponsabilidad, tenemos que asumirlo quienes no fuimos responsables sino víctimas de su negocio. Pero no caigamos en la trampa de pensar que la igualdad no importa, cuando perdemos un derecho perdemos libertad y se atenta contra la democracia, que es lo único que nos salva de los totalitarismos, los populismos y los movimientos fascistas que estamos viendo resurgir en algunos países de nuestro entorno.

La negación de la política no es la solución, tenemos que liberar el término de todas las connotaciones peyorativas que interesadamente se quieren imponer en el sentir personal y colectivo. La política es la construcción y la gestión de lo público, la resolución de los conflictos y la remoción de los obstáculos que impiden que la igualdad sea real y efectiva para todas las personas y contribuir a  una mayor cohesión social. La política no es el problema, sin la política dejamos abierto el campo para que quienes defienden los intereses de una minoría privilegiada puedan actuar con total impunidad. Si nos colocamos fuera de la política careceremos de los instrumentos necesarios para transformar la sociedad en clave de igualdad.

Pero no todas las políticas son iguales como nos quieren hacer creer, la política puede contribuir a disminuir las desigualdades sociales o puede reforzarlas como estamos viendo en estos momentos, el ejemplo más palpable, la privatización de la gestión de la sanidad pública que está llevando a cabo el PP.

Si hablamos de políticas de igualdad, los retrocesos son evidentes. La propuesta de reforma de la Ley de salud sexual y reproductiva nos puede llevar de un modelo en el que se reconoce el derecho a una maternidad libremente decidida, el derecho a la educación y la salud sexual y la interrupción voluntaria del embrazo dentro de los plazos establecidos, a un modelo que vuelve a limitar los supuestos, que nos niega el derecho a decidir, al volver a colocarnos bajo la tutela de un tercero que debe decidir en nuestro lugar y, que además, corre el riesgo de quedar fuera de la cartera de prestaciones básicas de la Sanidad Pública. 

El desmantelamiento de la Ley de la Dependencia, antes de haber culminado su pleno desarrollo, no solo perjudica a las personas en situación de dependencia sino a quienes históricamente han sido las responsables de los cuidados: las mujeres. En nuestro país, el 93% de las personas cuidadoras de dependientes son mujeres, que además, en la mayoría de los casos, se habían visto obligadas a abandonar el mercado laboral por la dedicación que requieren las tareas de cuidado. Los recortes en las prestaciones, o la supresión de la cotización que permitía que el día de mañana pudieran tener derecho a una pensión, son medidas que contribuyen a la feminización de la pobreza.


En el ámbito laboral, las mujeres ya se enfrentaban antes de la crisis a una situación de desventaja y discriminación: la segregación del mercado laboral, la discriminación salarial, las dificultades de promoción y el techo de cristal,  y eso a pesar de ser la generación de mujeres más preparadas y mejor formadas de las últimas décadas, como demuestran los resultados en el ámbito académico. La reforma laboral impuesta por el PP, una reforma injusta y perversa para los trabajadores y trabajadoras, en un país en las que las tasas de actividad femenina han sido históricamente muy inferiores a la masculina, en la que el paro femenino es un problema estructural, refuerza la precariedad femenina en el empleo y dificulta su incorporación y permanencia. A esto hay que añadir los recortes en el Estado del Bienestar, que tienen un impacto diferente en mujeres y hombres por los roles de género que todavía se reproducen. Si las mujeres siguen siendo las principales cuidadoras, de menores, dependientes y personas mayores, la desaparición de aquellos servicios que han permitido a las mujeres conciliar vida laboral y familiar (digo conciliar, porque la corresponsabilidad todavía es un reto por alcanzar e implica la participación activa de los hombres en todas los trabajos y tareas que se han asignado socialmente a las mujeres), unido a la precariedad en el mercado laboral, pueden acabar desincentivando a las mujeres a la hora de participar en el empleo. El riesgo de pérdida de autonomía para muchas mujeres se está  convirtiendo en realidad, y sin autonomía económica no puede haber igualdad.

A punto de finalizar el año, si de hacer balance se trata, tenemos que recordar que 46 mujeres han sido asesinadas este año por sus parejas o exparejas y solo 8 habían presentado denuncia. En Canarias han sido asesinadas dos mujeres por violencia de género y un niño menor de edad. Y a pesar de esta realidad, la violencia machista sigue estando cuestionada, se pretende invisibilizar su auténtica dimensión y se distorsiona la información con mensajes que solo buscan confundir a la opinión pública. No nos podemos olvidar de los y las menores, que también son víctimas de esta violencia, bien por sufrirla directamente o bien por ser testigos de la misma. En Canarias, en 2011 fueron atendidos 1.134 menores. Tenemos que seguir trabajando por generar conciencia crítica, la violencia machista es un problema estructural que nace de las desigualdades que todavía existen, de la falta de consideración de los hombres que agreden y violentan a las mujeres porque no las reconocen como iguales. Son muchas las formas de violencia que sufren las mujeres, cuando hay quienes piensan que "las leyes son como las mujeres, están para violarlas", no es de extrañar que la violencia machista se siga reproduciendo y retroalimentando.

La crisis económica y las políticas ultraconservadoras no contribuyen a la igualdad, todo lo contrario, las mujeres, que siempre han estado en "crisis", ven ahora empeorar su situación y posición. Tenemos que centrar el debate en qué modelo de sociedad queremos y eso pasa por ser conscientes de aquellos derechos que en ningún caso pueden ser vulnerados, o llevados hasta tal punto que sean irreconocibles o imposible el ejercicio de los mismos. Sin libertad, sin justicia, sin democracia, en definitiva, sin igualdad, no podremos seguir avanzando en un modelo de sociedad que sea justa y habitable para todas y todos.

A pesar de todo lo dicho, hay espacios en los que todavía se trabaja por la igualdad, tanto a nivel individual como colectivo, desde las asociaciones de mujeres y el movimiento feminista y, también, quedan espacios institucionales en los que, a pesar de los ajustes económicos que nos está imponiendo la ortodoxia del control del déficit y la estabilidad presupuestaria, se está haciendo un gran esfuerzo para defender aquellos servicios esenciales y  por mantener un discurso ideológico alternativo al pensamiento único que se quiere imponer. Porque estamos ante una batalla ideológica, y el feminismo es la última punta de lanza que queda de los grandes movimientos transformadores de la sociedad. Pensar que la ideología no importa, es un error. La ideología, cuando está amparada en una teoría, como es el caso del feminismo, nos da un marco interpretativo de la realidad, y nos da significado y coherencia a la acción transformadora. Mi deseo para 2013, que mantengamos y reforcemos el compromiso individual y colectivo para seguir transformando esta sociedad, mejorando la calidad democrática y ganando mayores cuotas de igualdad.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Elegir los juguetes no es un juego




Se acercan las fiestas navideñas y nos enfrentamos un año más al dilema de qué regalar en estas fechas tan significativas y al mismo tiempo, tan consumistas y en un contexto muy complicado para muchas familias. Los juguetes son un elemento que contribuye al desarrollo integral de los niños y niñas, de ahí la importancia de elegir juguetes no sexistas para contribuir a desarrollar actitudes favorecedoras de la igualdad y que cuestionen los roles tradicionales. Los catálogos de juguetes nos siguen representando a niños y niñas con elecciones vitales distintas y desiguales que refuerzan los roles tradicionales de género y que no dejan opción la libre elección. Nuestros niños y niñas ya saben que las páginas azules les remiten a ellos y las rosas a ellas, no se les deja otra opción y de esta forma seguimos perpetuando una socialización en la que la desigualdad de género se presenta como algo casi natural y por tanto, incuestionable. Los juguetes favorecen que niños y niñas se construyan en clave de género por oposición: soy un niño porque hago/juego con cosas de niños y no de niñas y soy una niña porque hago/juego con cosas de niñas y no de niños, salirse de la norma implica la estigmatización social y para evitarlo niños y niñas se mantienen en lo que su rol de género les impone.

 Seguimos regalando a las niñas cocinas, elementos de limpieza, muñecos bebés, incluso  cuando son juguetes tecnológicos se presentan en versión rosa para las niñas y con juegos que nos remiten nuevamente a los cuidados. A los niños se les regalan pelotas, coches, juegos de construcción, etc. De esta forma seguimos fomentando el rol de cuidadora y responsable de los trabajos domésticos para las niñas y a los niños les ofrecemos juguetes que les orientan profesionalmente y a actividades que se realizan en el espacio público. La dicotomía espacio privado/femenino, espacio público/masculino está presente en las elecciones de juguetes que hacemos, así que si queremos cambiar los roles, si queremos avanzar en un modelo de sociedad en la que las elecciones que hacemos mujeres y hombres sean auténticamente libres y no condicionadas por los roles de género, esta Navidad, regala igualdad.

Los juguetes no tienen sexo, es el modelo social y cultural el que impone esa diferencia. Si regalamos en clave de igualdad estaremos favoreciendo que niños y niñas amplíen sus opciones, desarrollen habilidades más diversas, que aprendan más y que se reconozcan y respeten en la diversidad y al mismo tiempo reconozcan al otro/otra no como un opuesto sino como un igual con libertad para elegir.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Declaración Institucional del Gobierno de Canarias con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género


La eliminación de la violencia de género: activa y en continuo avance




El próximo 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, una fecha para seguir denunciando la persistencia de esta barbarie que padecen miles de mujeres en España y que cuesta la vida a muchas de ellas. Y Canarias no es ajena a esta situación. Es un día para la reflexión y para mostrar la solidaridad con las víctimas, porque la acción para acabar con esta lacra debe llevarse a cabo constantemente, día a día, minuto a minuto. En la lucha contra la violencia de género no cabe tregua.
El Gobierno de Canarias reitera, una vez más, su repulsa ante este drama social y su firme compromiso en la lucha contra la violencia machista, mediante la educación, la  prevención, la sensibilización, la concienciación y la asistencia y protección a las víctimas.
El 25 de noviembre es una fecha para reconocer los esfuerzos que realiza la sociedad civil; pero también para concienciar a la ciudadanía de que su implicación es absolutamente imprescindible. Solo con el trabajo conjunto de toda la sociedad se podrá lograr el objetivo irrenunciable de terminar con un tipo de violencia que constituye una vulneración de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las mujeres.
Una violencia que no solo padecen las mujeres, sino que afecta directamente a sus hijos e hijas, y por extensión a familiares, amigos y vecinos. En los últimos trece años han sido asesinadas en la Comunidad Autónoma 77 mujeres. En 2012, en Canarias, se han producido tres crímenes que han costado la vida a dos mujeres y un menor.
Los asesinatos son la última y más dramática consecuencia de la violencia machista, pero miles de mujeres, con nombres y apellidos, padecen a diario una inquietante realidad que debe despertar nuestra conciencia crítica, una realidad que no debemos ni podemos tolerar.
Como sociedad no podemos mirar hacia otro lado. Tenemos una responsabilidad, individual y colectiva, a la hora de demostrar nuestra tolerancia cero ante la violencia machista.  Una violencia injustificable que debemos combatir entre todos y todas, sin fisuras, sin pausas. Cada persona e institución tienen una responsabilidad y un compromiso para acabar con esta tragedia. Debemos pues rebelarnos como sociedad. Debemos identificar, denunciar y aislar al agresor. No podemos ser cómplices con nuestro silencio.
El 25 de noviembre también debe ser una fecha para la esperanza. Aunque queda mucho por hacer, se han logrado avances tanto legislativos como en la percepción social ante este drama. Son cada vez más las mujeres que, con su reacción y con el apoyo social e institucional, logran romper el círculo de la violencia de género.  Por ello, no se puede dar ni un solo paso atrás. La lucha contra la violencia de género  debe seguir activa y en continuo avance.


jueves, 15 de noviembre de 2012

El mito de las denuncias falsas



En pocas semanas se celebra el 25 de Noviembre, el Día Internacional contra la Violencia de Género, en estas fechas y todos los días debemos recordar que cada año mueren asesinadas mujeres en España como consecuencia de la violencia machista. En estos momentos más de cuarenta mujeres han sido asesinadas. 

Ante esta realidad, debemos hacer una reflexión ante ciertas noticias. Con cierta frecuencia vemos en los medios de comunicación informaciones que hacen referencia a las denuncias falsas en los casos de violencia de género. Sin negar esta realidad y sin entrar en casos concretos, hay que recordar que según el Observatorio de Violencia de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las denuncias falsas presentadas son mínimas, en torno al 0,0026 del total de las que se presenta. En todos los delitos hay denuncias falsas y el sistema las detecta y actúa, pero solo en los casos de violencia de género se produce esta distorsión a la hora de cuestionar a las víctimas de una violencia injusta e injustificable. La presidenta del Observatorio contra la  Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, Inmaculada Montalbán,  ha reiterado que las denuncias falsas son excepcionales y ha recalcado que “los malos tratos matan y no pueden banalizarse".

Este dato sería bueno recordarlo cuando se publican noticias que hacen referencia a una presunta denuncia falsa, ya que de lo contrario estamos dando la impresión de que la violencia de género, la violencia machista, es algo menor, además de tener el efecto de poner bajo sospecha a todas las mujeres que sufren violencia machista, sin olvidar que también se está cuestionando una legislación que ha permitido mejorar la protección de las víctimas y evitar la impunidad del agresor.

Tampoco se pueden confundir las acusaciones falsas con el sobreseimiento o archivo de la denuncia. En muchos casos las mujeres abandonan el proceso por miedo, por dependencia emocional o económica, sin que ello signifique que la denuncia fuese falsa.

Frente al porcentaje mínimo de denuncias falsas debemos recordar que en 2011 en Canarias se presentaron 8.049 denuncias por violencia de género, lo que representa el 6% del total de las del Estado Español y se adoptaron 1.694 órdenes de protección. En los últimos 13 años, en las islas 77 mujeres han muerto como consecuencia de la violencia de género. Dos han sido las mujeres asesinadas este año, sin olvidar al menor asesinado por su padre en Gran Canaria. En el Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género del Gobierno de Canarias, que funciona como servicio especializado dentro del 112, en el año 2011 se recibieron 13.819 incidentes, y este año, hasta el mes de agosto, las llamadas recibidas han sido 8.785. Durante el pasado año, en la Red de Servicios y Centros de Atención Especializada a Mujeres Víctimas de Violencia de Género fueron atendidas 8.439 mujeres y 1.134 menores. Y estas cifras tan solo son la punta del iceberg, porque sabemos que no todas las mujeres que sufren violencia de género acuden a los recursos especializados o presentan denuncia.

Tenemos que recordar también que la violencia de género no tiene que ver con una clase social, con un nivel formativo, con la edad, con una etnia, ni con ninguna circunstancia particular, ni en el caso de la víctima ni del agresor. Una mujer profesional, con alto nivel formativo, puede ser víctima de violencia, igual que un hombre con alto nivel formativo puede ser agresor. Recientemente ha sido noticia un responsable político que manifestaba que “las leyes son como las mujeres, que están para violarlas”, una afirmación que resulta sintomática de una forma de pensar y sentir, que tiene que ver con la falta de reconocimiento hacia las mujeres. Desde que arañamos un poco la superficie, el machismo y la misoginia siguen presentes en nuestra sociedad, lo que constituye el caldo de cultivo de la violencia machista.

El tratamiento  de la violencia de género en los medios de comunicación ha mejorado en los últimos años, pero debemos seguir insistiendo en la necesidad de actuar con rigor, evitando los contenidos morbosos y explicando las causas reales de la violencia de género, que tiene una base estructural y social, más allá del caso concreto, desmontando mitos e ideas erróneas que solo sirven para justificar al agresor y minimizar la violencia machista. Los medios de comunicación, por su capacidad para generar opinión, pueden y deben contribuir a mejorar el conocimiento sobre la violencia de género y generar un clima social sensible y un posicionamiento crítico frente a la violencia que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres.

(Artículo de opinión publicado en Canarias 7 el 14 de noviembre de 2012)

lunes, 12 de noviembre de 2012

Jornadas "La violencia de género a debate en Lanzarote"


El Instituto Canario de Igualdad convoca las Jornadas “La violencia de género a debate en Lanzarote, que se organizan para conmemorar el día 25 de noviembre, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Tendrán lugar los días 17 y 18 de noviembre, en el Salón de Actos del Hotel Lancelot en Arrecife.

Estas jornadas están dirigidas a todas las personas interesadas en colaborar en la erradicación de la violencia, en la concienciación de su entorno social más próximo, a los y las profesionales de todos los recursos de mujer, profesionales sociales, sanitarios, educativos, jurídicos, policiales, etc.

El Instituto Canario de Igualdad, con el objetivo de difundir y concienciar a la sociedad sobre las consecuencias que conlleva la violencia de género, ha diseñado estas jornadas, cuya finalidad es posibilitar un punto de encuentro, reflexión y debate de la ciudadanía sobre la violencia machista, y, potenciar la concienciación y sensibilización de la población en la lucha contra esta grave lacra social.


Para más información pueden contactar con la Dirección Técnica, cuyos datos se detallan mas abajo.

Asociación Social y Cultural para las Mujeres Mararía C/ Alférez Cabrera Tavío 2- 3º izda. CP 35500 Arrecife de Lanzarote. Tlf. 928804834, FAX 928816074

viernes, 9 de noviembre de 2012

Empoderándonos con las TIC




Empoderándonos con las TIC, un álbum en Flickr.
Taller organizado por el Instituto Canario de Igualdad con la colaboración de AIDER GC e impartido por Montserrat Boix.

Empoderándonos con las TIC



 Uno de los grandes retos que siempre hemos tenidos las mujeres es la presencia en el espacio público, pero no cualquier presencia, sino una que nos permita empoderarnos en lo individual y colectivo, una presencia que tenga fuerza política a la hora de hacer visibles nuestras vindicaciones. En pleno siglo XXI la presencia en el espacio público pasa por la Red. Tenemos que fomentar el activismo de las mujeres canarias y de nuestras asociaciones de mujeres en las redes sociales y en Internet,  y para ello no basta con tener un perfil en Facebook o en Twitter, sino que debemos elaborar estrategias que nos permitan posicionar nuestras vindicaciones y nuestro discurso en la Red, especialmente en unos momentos en los que se están cuestionando muchos de los derechos que creíamos conquistados.  Internet se convierte en un espacio fundamental para empoderar y visibilizar a las mujeres, un espacio para el activismo feminista y para la participación social y política de las mujeres . No podemos desaprovechar las oportunidades que ofrece Internet para impulsar la igualdad y generar conciencia crítica sobre las discriminaciones que todavía nos afectan.

Con este objetivo desde el Instituto Canario de Igualdad hemos organizado el Taller Empoderándonos con las TIC,  con la colaboración de AIDER Gran Canaria, y que  ha sido impartido por Montserrat Boix, periodista de Televisión Española y creadora del periódico digital Mujeres en red, quien destacó que "nos tenemos que acostumbrar a trabajar en red, a pensar en colectivo, tenemos conseguir que esfuerzos  colectivos e indiduales hagan visibles los retos que tenemos para avanzar en igualdad. La nuevas tecnologías nos pueden ayudar a centrar todos estos esfuerzos".

Uno de los resultados del Taller ha sido la  creación del blog Mujeres Canarias http://mujerescanarias.blogspot.com.es/ . Como señalan en su presentación,  un blog para 
visibilizar no sólo los espacios de mujeres y los espacios feministas colectivos de Canarias sino también para poner en valor las acciones individuales de la mujeres canarias que han decidido apostar por tener presencia en la red. Esa sola presencia aunque sea individual ya es una acción que ayudará a toda la colectividad.

lunes, 30 de julio de 2012

La reforma de la Ley del aborto*







El primer argumento utilizado por el ministro Gallardón para defender la reforma de la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo fue una exaltación de la maternidad propia de los tiempos de la Sección Femenina. Famosa es ya la frase de que “la maternidad hace a la mujer auténticamente mujer”. La mayoría de las mujeres, conscientes de que todas somos auténticas y no las que diga el ministro, rechazamos con contundencia ese argumento. No necesitamos protección sino igualdad de oportunidades en lo social, lo familiar, lo político y lo económico. Una igualdad que las políticas del PP no solo no garantizan sino que están, conscientemente, contribuyendo a la mayor generación de desigualdad  -y no solo entre mujeres y hombres-  que se ha vivido en este país desde la llegada de la democracia.

No satisfecho con ese planteamiento y seguramente viendo que el impacto social del mismo no era suficiente para dar cumplimiento a los sectores ultraconservadores a los que parece que ha vendido su alma el antaño "moderado" Gallardón", decide dar una nueva vuelta de tuerca para situarnos en un falso debate. Ya no se trata de defender a las "auténticas mujeres", bien amadas y benditas mujeres-madres, benditas entre todas las mujeres, sometidas a violencia estructural. No, ahora el argumento para reformar la Ley se centra en el supuesto que permite la interrupción voluntaria del embarazo cuando existe malformación del feto. En resumen, demagogia y doble moral. La Federación de Planificación Familiar Estatal recuerda “que tan sólo el 3% de las interrupciones voluntarias que se llevaron a cabo en 2010 fueron por esta causa y que, por tanto, sería centrar el debate en una cuestión menor y no en lo que realmente conlleva volver a una Ley de supuestos”[1].

En la Unión Europea, solo Irlanda y Malta, no contemplan el supuesto de malformación fetal para la interrupción voluntaria del embarazo. Con la actual legislación aprobada por el anterior Gobierno socialista, se puede interrumpir voluntariamente el embarazo durante las primeras catorce semanas de gestación y, hasta las veintidós semanas “Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico o médica especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico” (art. 15 c. Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo). Por más que leo y releo este artículo de la Ley, no me resulta compatible con la declaración del ministro afirmando que “los discapacitados nacidos y por nacer no pueden ser discriminados”. Insisto, demagogia, hipocresía, doble moral y falso debate en el que nos quiere situar Gallardón. Si tanto le preocupan las personas con discapacidad, por qué han desmantelado la Ley de la Dependencia, una Ley que beneficiaba a aquellas personas con discapacidad en situación de dependencia.

Con los globos sonda que va lanzando Gallardón, todo parece apuntar que nos vamos a enfrentar a una de las legislaciones más restrictivas de Europa en esta materia. Doble moral y desigualdad, porque volveremos a aquellos oscuros tiempos en los que si una mujer tenía recursos económicos iba a Londres a abortar y quien no tenía recursos, se veía abocada a abortos clandestinos poniendo así en peligro su vida. La Organización Mundial de la Salud lleva tiempo alertando de que cada año fallecen miles de mujeres a causa de complicaciones de abortos inseguros y muchas más sufren infecciones, infertilidad y lesiones debilitantes. Según un informe de la OMS, en 2008, 47.000 mujeres murieron en el mundo como consecuencia de abortos inseguros. La mayoría de estas muertes se producen en países del tercer mundo. En los países en los que existen leyes restrictivas frente a la interrupción voluntaria del embarazo no disminuye el número de abortos sino que se incrementan las muertes de mujeres por prácticas poco seguras. ¿Esta es la España que quiere el PP?.

Sin libertad no hay igualdad y uno de los presupuestos de esa libertad es la libertad sexual. Una libertad sexual que pasa por ser dueñas de nuestro cuerpo, es decir, libres para decidir. Si se nos niega la libertad para decidir se nos niega la libertad individual y quedamos también sometidas en lo colectivo.

En una sociedad democrática y laica, la Ley no puede estar al servicio de ninguna moral religiosa. Si el Sr. Gallardón quiere pagar favores políticos o convertirse en el adalid de la Caverna, que no lo haga a costa de nuestra libertad y nuestros derechos. Nuestro cuerpo es nuestro y nuestra es la decisión.




(*) Publicado en La Provincia, 30 de julio de 2012. http://www.laprovincia.es/opinion/2012/07/30/reforma-ley-aborto/473403.html

[1] Se puede consultar en: http://www.nosotrasdecidimos.org/ http://nosotrasdecidimos.org/injustificado-retroceso-que-conllevara-muchas-situaciones-dolorosas/

domingo, 29 de abril de 2012

Estereotipos sexistas en la publicidad



En los últimos días han llegado al Instituto Canario de Igualdad algunas denuncias de publicidad sexista por el uso del cuerpo de la mujer como reclamo publicitario.

A pesar de vivir en una sociedad formalmente igualitaria, el cuerpo de la mujer sigue siendo usado como reclamo en la publicidad. Me parece especialmente preocupante que en anuncios dirigidos a público joven, el cuerpo de la mujer aparezca como reclamo sexual, de tal forma que la imagen sexualizada de la mujer confunde sobre cuál es el auténtico producto del anuncio, quedando reducida ella misma a objeto de consumo.

Las mujeres en la publicidad ocupamos principalmente dos espacios, el privado y doméstico, obsesionadas eternamente por el blanco de nuestra colada y el brillo de la grifería o bien, como reclamo sexual en anuncios de diversa índole, especialmente en aquellos productos que son de consumo masculino. De esta forma, a través de la publicidad los estereotipos y roles sexistas se siguen reproduciendo y determinado un estatus diferente y desigual para mujeres y hombres. Las mujeres quedamos reducidas a eficientes y atentas madres y amas de casa, o bien la mujer complaciente, sexual y seductora, como si  fueran las únicas funciones sociales reservadas a las mujeres. Si les parece que exagero pongan en un buscador de Internet el término “publicidad  sexista” y vean las imágenes que aparecen.

La publicidad, como producto de nuestra sociedad, es un reflejo de los valores que imperan: si la publicidad es sexista es porque nuestra sociedad es sexista y de esta forma se sigue reproduciendo y retroalimentando la desigualdad de género. La publicidad forma parte del proceso de socialización, a través de las imágenes vamos interiorizando un modelo de lo que significa lo masculino y lo femenino. Mientras los hombres aparecen representados en múltiples facetas sociales, haciendo hincapié en la idea del éxito, el poder o la fuerza, las mujeres quedamos reducidas a los roles que ya hemos comentado. Las niñas, las jóvenes y todas las mujeres, quedamos huérfanas de referentes hacia los que mirar y poder identificarnos y que sean un reflejo de lo que las mujeres somos y aportamos a la sociedad en los distintos ámbitos de la misma.

Simone de Beauvoir en 1949 en su obra el Segundo sexo, ya denunciaba la utilización del aspecto físico de la mujer como “objeto erótico ideal”, un cuerpo expuesto a la mirada y además, un cuerpo dócil y sexuado que puede ser usado y sometido. La utilización del cuerpo femenino es una manifestación de las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres.

Tenemos que generar conciencia crítica sobre los microrrelatos sexistas que se encuentran inmersos en muchos productos de nuestra sociedad, en este caso, en la publicidad, y rechazar aquellos usos sexistas y reduccionistas de las mujeres. Como consumidores y consumidoras podemos actuar, mostrando el rechazo hacia aquellos usos que no favorecen una imagen igualitaria de las mujeres. Avanzar en igualdad requiere también de la suma de los compromisos individuales, nuestra actitud a nivel individual importa para transformar la sociedad en clave de igualdad.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley Orgánica 1/2004, el Instituto Canario de Igualdad y las asociaciones que tengan como objetivo único la defensa de los intereses de las mujeres estarán legitimados para ejercitar la acción de cesación de publicidad ilícita por utilizar de forma vejatoria la imagen de la mujer, en los términos establecidos en la legislación vigente.

Entendemos como publicidad sexista o discriminatoria por razón de género, todo tipo de actividad, producto o soporte comunicativo con fines comerciales o de proyección pública que utiliza el cuerpo y la imagen de la mujer como objeto de consumo; que transmite y consolida roles y estereotipos tradicionales y discriminatorios de género; que atenta contra los derechos y valores de la dignidad de las mujeres, el honor, la personalidad integral y su reconocimiento como ciudadana de pleno derecho; que utiliza con fines comerciales, infravalora o ridiculiza actividades tradicionalmente realizadas por las mujeres, así como procesos biológicos, características físicas o edades de las mujeres; que potencia la invisibilidad o la infrarrepresentación de las mujeres en la sociedad, la cultura, la política o el trabajo y que destaca y utiliza como reclamo publicitario y motivo principal de valoración de las mujeres la belleza, la juventud o determinadas características de personalidad tradicionalmente atribuidas al rol femenino.

Les dejo el enlace a Intervención en publicidad y comunicación sexista del Instituto Canario de Igualdad.

lunes, 16 de abril de 2012

La mujer gitana, motor de cambio social



Y por bandera mis sentimientos, 
romperé barreras y pentagramas,
seré la dueña de mis destino, 
gritaré libre, libre, libre". 
Himno de la Mujer Gitana



El 10 de abril tuve la oportunidad de participar en la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano, un día que aprovechamos para hacer un reconocimiento al papel que juegan las mujeres gitanas en sus comunidades. El acto contó con la presencia Diego Fernández Giménez, Director del Instituto de la Cultura Gitana, Soraya Giménez Clavería, técnica del Instituto de la Cultura Gitana, Estefanía Castro Chávez, Directora General de Juventud del Gobierno de Canarias, Olga Barrera, Presidenta de la Federación de Asociaciones Arena y Laurisilva y  Josefa Santiago, presidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas Romí Kamela Nakera, una asociación que tiene un nombre que simboliza muy bien la lucha de las mujeres gitanas: “las mujeres gitanas queremos hablar”

Cuando hablamos de igualdad de género, y hablamos de las mujeres, con mucha frecuencia nos olvidamos de las mujeres gitanas. Transitamos el mismo espacio pero no propiciamos lugares de encuentro que nos permitan darnos cuenta que, seamos gitanas o no gitanas, hay cuestiones que nos afectan a todas por el mero hecho de ser mujeres. Pero además, las mujeres gitanas se tienen que enfrentar a la invisibilidad de la comunidad gitana en nuestra sociedad, y a estereotipos y prejuicios que nada tienen que ver con la realidad. Las mujeres gitanas y su lucha por el reconocimiento de sus derechos permanece invisible para gran parte de la sociedad, pero lo cierto es que hace ya tiempo que han empezado a recorrer el camino de la igualdad, enfrentándose a sus propias barreras y a la doble discriminación que todavía hoy supone ser mujer y ser gitana.

Vivimos en sociedades en las que el patriarcado hunde profundamente sus raíces, un patriarcado que ha definido lo que somos y lo que pueden llegar a ser las mujeres, imponiéndonos muchas limitaciones para nuestra plena participación en la sociedad en clave de igualdad.

Es importante tomar conciencia que negar a las mujeres su participación en igualdad de derechos y con las mismas oportunidades que los hombres es, simplemente, una injusticia. La identidad cultural no se garantiza controlando a las mujeres, sino todo lo contario, permitiendo que las mujeres sean parte activa, desde la libertad, en el desarrollo de sus comunidades, y para ello deben tener su propia voz y participar en la toma de decisiones. La defensa de la identidad cultural nunca puede ser la excusa para limitar los derechos de las mujeres. El Pueblo Gitano representa muchos valores como el respeto a las personas mayores o la solidaridad, pero una cosa es la cultura y otra bien distinta las costumbres y, las costumbres, cuando no son justas, se deben cambiar.

Rebelarse contra las injusticias que impone la costumbre no es un ataque a la  cultura o la identidad propia. No se trata de elegir entre ser gitana o ser mujer, se puede trabajar y defender la igualdad entre mujeres y hombres desde la propia identidad como mujer gitana. Mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de las mujeres gitanas también contribuirá a mejorar la vida del Pueblo Gitano.  Este es el reto que asumen las mujeres gitanas.

Las asociaciones de mujeres gitanas han realizado y siguen realizando un gran trabajo, visibilizando a las mujeres, contribuyendo a sensibilizar sobre la importancia de la planificación familiar, retrasar la edad de casamiento o la importancia de la educación. Mujeres que reivindican también, igual que las no gitanas, la igualdad de oportunidades, la independencia en lo económico y en lo afectivo, en lo personal y en lo profesional. Han tenido que luchar mucho, enfrentándose muchas veces a la incomprensión de su propio entorno, pero son valientes y luchadoras. Ellas representan la lucha por la libertad y los derechos de las mujeres gitanas y han decidido que su voz no va a ser silenciada. Ellas son las protagonistas del cambio pero en esa lucha no van a estar solas, vamos a estar a su lado combatiendo los estereotipos, los prejuicios y las actitudes discriminatorias.

Y por ese motivo, como dice el Himno de la Mujer Gitana, para generar las condiciones que nos permitan conseguir los mismos derechos y las mismas oportunidades tenemos que avanzar “TODAS JUNTAS SIN MIEDO A LA LIBERTAD”.

Me he permitido coger una frase del I Congreso de Mujeres Gitanas:
“Tenemos derecho a poder vivir la vida que soñamos y tenemos la responsabilidad de abrir esta puerta de cambio, de transformación y de esperanza a nuestras niñas y a todas las mujeres que no han podido estar aquí”.

Sastipen thaj Mestepen (Salud y libertad)

martes, 3 de abril de 2012

Retrocesos en la lucha contra la violencia de género

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 Las primeras declaraciones de la Ministra Mato ya nos auguraban cuál iba a ser la línea del PP en la lucha contra la violencia de género. Para empezar, dejaba de ser violencia de género para convertirse en violencia familiar, y luego dicen que el lenguaje no es importante. Hay que llamar a las cosas por su nombre, como dice Celia Amorós, “conceptualizar es politizar” y no fue casual, ni un desliz inocente el cometido por la responsable de igualdad del gobierno del PP. El término violencia de género visibiliza y reconoce que se trata de una violencia basada en el dominio y la desigualdad, una violencia que sufre la mujer a manos de un hombre, una violencia que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo y más allá del ámbito en el que se produce, que no es exclusivamente el de la familia. Negar el término significa negar que dicha forma de violencia existe, negar las causas que subyacen en la misma, es decir, la desigualdad de género y por tanto, desvirtuar las políticas dirigidas a combatirla.

La siguiente perversión del lenguaje la cometió el Ministro Gallardón, al hablar de violencia estructural de género para intentar justificar la reforma de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, una Ley que, como se señala en el Preámbulo,  reconoce el derecho a la maternidad libremente decidida, que implica, entre otras cosas, que las mujeres puedan tomar la decisión inicial sobre su embarazo y que esa decisión, consciente y responsable, sea respetada. Violencia de género estructural contra la mujer por el mero hecho del embarazo es el argumento empleado y para acabar con esa violencia que impide que las mujeres realicen su maternidad libremente la solución planteada es volver a tipificar como delito el aborto en el Código Penal. Así las mujeres no podrán decidir libremente su maternidad y se verán abocadas a una maternidad impuesta. ¿Dónde queda la “maternidad libre”? ¿No sería más lógico intervenir en las condiciones sociales que provocan esa penalización de la maternidad? ¿Por qué no se aprovechó la reforma laboral para generar condiciones que no discriminen a la mujer en el empleo por el hecho de la maternidad? En resumen, demagogia que lo busca es confundir a la opinión pública y enmascarar una reforma que lo único que busca es dar cumplimiento ideológico a algunos sectores ultraconservadores que han sido el apoyo del PP en los últimos ocho años en su constante desprestigiar las políticas del igualdad y a quienes las defienden.
 
En este contexto se enmarcan los recién presentados Presupuestos Generales del Estado, unos presupuestos que en la partida para luchar contra la violencia de género se recorta un 21,6%, un total de 6,4 millones menos para luchar contra una violencia que atenta contra los derechos más fundamentales, el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de las mujeres, una violencia que se sustenta en patrones de desigualdad. ¿Acaso no es esto un ejemplo de violencia estructural?. Ya ha quedado claro que la lucha contra la violencia de género no es una prioridad para el gobierno de Rajoy.

El último asesinato machista casi pasó desapercibido. Algo está cambiando y no para mejor.

domingo, 1 de abril de 2012

A vueltas con el mito patriarcal de la maternidad



Las recientes declaraciones del Ministro Gallardón parecen sacadas de un manual de la Sección Femenina, nos recuerdan un tiempo cuando casarse y ser madre era el único destino reservado a las mujeres. Nos retrotraen a un discurso que reduce el hecho de ser mujer a su función reproductora, la maternidad como esencia de lo femenino, la vuelta a la mujer-naturaleza.
Según Gallardón, “La libertad de la maternidad es lo que hace a la mujeres auténticamente mujeres”. Una cosa es la maternidad biológica y otra bien distinta la maternidad como construcción cultural. La exaltación de la maternidad en estos términos, apelando a sentimientos ilusorios que arrancan del mito del instinto maternal, reduciendo a la mujer al hecho de la maternidad, nos devuelve al espacio privado, a la permanencia en el hogar, para poder dar cumplimiento a ese mandato patriarcal sobre la maternidad y ser “auténticas mujeres”.
No es un discurso nuevo, desde la antigüedad se ha ido construyendo un discurso político y simbólico en torno a la maternidad. Para un mujer ateniense ser una fecunda madre de hijos, varones a ser posible, es la forma de realización más  completa para la mujer, pero siendo la responsable de traer nuevos ciudadanos al mundo se le niega el derecho a la ciudadanía. Y los revolucionarios franceses que universalizaron el concepto de igualdad –eso sí, igualdad entre varones- también exaltaron la maternidad, la mujer-madre transmisora de las virtudes cívicas pero sin derechos de ciudadanía. La exaltación de la maternidad, de la idea de la mujer-madre, siempre ha tenido un correlato que implica la negación de la mujer como sujeto individual.
La maternidad, cuando no es libre, cuando se convierte en un destino impuesto, ya sea en el terreno legal o en el simbólico, nos limita y reduce nuestras expectativas personales, nuestra individualidad y nuestros derechos.
La reforma que propone el Ministro Gallardón es un claro retroceso en los derechos de las mujeres, en el terreno legal, al volver a tutelar y someter a supuestos tasados la decisión de interrumpir voluntariamente el embarazo y, en el terreno simbólico al volver a un discurso que criminaliza moralmente a las mujeres que toman responsablemente esa decisión, ya que no es una auténtica mujer la que decide no ser madre. La libertad está en decidir libre y responsablemente el momento de ser madre. No hay libertad si no hay derecho a decidir.

Las mujeres no necesitamos ser madres para construirnos como sujetos. Las mujeres seremos madres si así lo decidimos, porque es nuestro deseo, no porque sea nuestra función social ni porque el Sr. Gallardón decida quién es o deja de ser una “mujer auténtica”, una actualización de la vieja idea de que la mujer no está completa hasta que no es madre. Sin duda, el Sr. Gallardón se está convirtiendo en el nuevo mesías del patriarcado.